Geotermia: el calor que almacena la tierra desaprovechado

En la actualidad se estima que para la climatización y producción de agua caliente hay sólo 150 megavatios térmicos instalados en el país. Es decir nada, o prácticamente nada, en comparación con los combustibles alternativos. Esta fuente permite cubrir el 75% de las necesidades de energía que demandará la vivienda durante toda su vida útil. La inversión se amortiza a los cinco o diez años y se evita el dolor de que suba la tarifa de la luz por quinto año consecutivo.

La tarifa de la luz se ha incrementado consecutivamente estos últimos cinco años. Y previsiblemente seguirá en esta línea de precio ascendente en los años venideros. Una medida para evitar que el bolsillo se resienta más aún si cabe es utilizar una renovable para reducir la factura de la electricidad. Y la única que al menos hoy funciona las 24 horas del día y los 365 días del año es la geotermia. Una fuente que aprovecha la energía almacenada en forma de calor bajo la superficie de la tierra para producir electricidad o calefacción. Hay de diversos tipos, y para muy diferentes fines. Así, mientras los de alta y media temperatura se utilizan para producir energía eléctrica, los de baja temperatura (los que se usan en el hogar), permiten aprovechar el calor del subsuelo para calentar y refrigerar la casa, según sea invierno o verano. El funcionamiento es sencillo, ahora con la llegada del frío, el calor del suelo se traslada al interior de la vivienda gracias a un circuito de intercambio de calor y una bomba de calor. En verano, el proceso es a la inversa.

Lógicamente, conlleva una inversión, pero ésta se amortizará antes de los 10 años. «No vamos a ocultar una realidad. La generación mediante geotermia es mucho más cara que colocar una caldera. Las perforaciones tienen un precio por las dificultades de perforar, introducir una sonda, rellenar con mortero especial etc. Es como si el gas cobrara de una vez el coste de la canalización hasta una vivienda. Pero la realidad es que esas perforaciones van a proporcionar, en una instalación perfectamente diseñada, el 75 por ciento de la energía que demandará la vivienda toda su vida útil, y el precio será fijo porque se paga el día inicial. Cuándo se amortizará dependerá del combustible con el que se compare y el uso que le demos al sistema», explica Carlos Pérez-Nievas, director de Expansión del Grupo Visiona.

La inversión también depende de si es anterior a la edificación o si se va a hacer después, si es un edificio de apartamentos, etcétera. Por ejemplo, una instalación geotérmica tipo para una vivienda de 150 metros cuadrados útiles, con un nivel de aislamiento térmico que cumpla, como mínimo, los valores exigidos por el Código Técnico de Edificación y que permita cubir las necesidades de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria tendría un coste medio de unos 18.000 o 20.000 euros si contara con un intercambiador térmico mediante perforaciones verticales profundas, y de unos 15.000 y 17.000 euros contando con un intercambiador térmico mediante lazos horizontales a poca profundidad», detalla Bartomeu Casals, de Geotics Innova.

Amortización

La amortización de la inversión dependerá de los precios de los combustibles a los que sustituyen. «La amortización de una instalación en una vivienda con los precios actuales de los combustibles alternativos está alrededor de los cinco años, unas instalaciones se amortizan antes y otras después, pero más o menos ése es el período general», aseguran desde la sección de Geotérmica de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).  Similar opinión tiene desde el Consejo Europeo de Energía Geotérmica (EGEC). «Para una vivienda se amortizaría entre cinco y diez años, según los incentivos», asegura Philippe Dumas, responsable de EGEC.

Más positivo resulta Miguel Ferrer, del Grupo Sapje. «Su instalación es un 20 por ciento más cara en su inversión inicial que una convencional, y su tasa de retorno o de amortización está en unos cuatro años aproximadamente», asegura. Para Casals, en cambio, el gasto «se amortizaría a los 5 o 7 años». Lo dicho, esto depende de múltiples factores.

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Pero a pesar de la utilidad de esta renovable y del potencial energético que hay en el subsuelo del país, España suspende en el empleo de esta fuente. En la actualidad se estima que «para la climatización y producción de agua caliente sanitaria hay sólo unos 150 megavatios térmicos  (MWt) instalados, aunque no se sabe oficialmente, ya que no existe un registro oficial en España», estiman desde la sección de Geotérmica de APPA.  Y aunque pueda parecer una estimación muy pesimista, más lo es, entonces, la de la Asociación Geotérmica Internacional, que habla de 22,3 MWt. Es decir, en cualquier caso nada o prácticamente nada en comparación con los combustibles alternativos (petróleo y gas natural). Y eléctricos menos aún. «No hay ningún MW eléctrico instalado en este momento en España, la geotermia de alta entalpía (es la que aprovecha el calor superior a 150 ºC) comenzará a instalarse en un par de años», añaden desde APPA Geotérmica. Y por potencial no será. España podría producir 1.050 MW eléctricos y generar 750 MW de calor en los próximos diez años, según un estudio publicado por APPA.

Situación en el mundo

En el caso de la UE, en la actualidad hay 0,9 gigavatios (GW) instalados y 8 GW térmicos. Una realidad creciente, pero que sigue sin destacar frente a la potencia mundial: 10,7 GW y 50,6 GW de calor.

Unos datos que en cualquier caso denotan que esta fuente está completamente desaprovechada a nivel internacional. Puesto que sólo con «el 1 por ciento de los recursos geotérmicos del planeta sería suficiente para cubrir todas las necesidades de energía durante los próximos 3.500 años», concluyen desde la sección de APPA Geotérmica.

Adiós a los greens de los campos de golf helados

Climatización de viviendas, de bodegas y ahora también de campos de golf. El novedoso sistema patentado por el Grupo Sapje consiste en utilizar la energía geotérmica para los greens de los campos de golf con el fin de mantener la calidad de la superficie del césped, incluso con una climatología adversa, como las heladas en invierno o un exceso de calor en verano.

En el proyecto de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i)  colabora Rioja Alta Golf Club, un campo ubicado en Cirueña. El objetivo del proyecto Geogolf es utilizar las instalaciones como un laboratorio  que permita  comparar las temperaturas, la calidad del green, etcétera.

El proyecto cuenta con varias fases. Tal y como explican desde Sapje, se instalarán sensores de temperatura a lo largo de toda la superficie del green, a distintas profundidades hasta un máximo de 50 centímetros con el fin de conseguir datos que permitan realizar la modelización del mismo. Estos sensores se instalarán en tres greens. En uno de ellos se pondrá el sistema geotérmico. En él se harán unos pozos que permitirán transmitir el calor del subsuelo. Para ello, utilizarán bombas de circulación e intercambiadores de placas, que permitirán el calentamiento del subsuelo en invierno, y refrescar el green en verano. De este modo, a través de una red de conductos la zona tendrá una especie de «suelo radiante».

Una investigación pionera que  si llega a buen puerto será de gran utilidad , ya que por lógica, también evitará que el green se seque demasiado en verano y por ende, que necesite menos agua.

Vea el fútbol o una película sin pasar frío ni calor.

Dentro del mobiliario urbano climatizado gracias a la energía geotérmica, una de las novedades es la utilización de esta energía renovable para calentar o enfriar las gradas, los banquillos, los asientos de cines, de salas de teatro, etcétera.

En el laboratorio de investigación Enelterra, en La Rioja, el equipo de expertos ha desarrollado una línea de mobiliario deportivo que se atempera gracias a la geotermia. Llamada «sporthot» esta línea se emplea para aplicaciones más específicas que el mobiliario urbano. Pero el sistema de funcionamiento es prácticamente el mismo. Sólo se necesitan realizar unas perforaciones en el terreno, donde se instalarán los intercambiadores que permitirán trasladar el frío o el calor, según sea invierno o verano. Además, serán necesarios unos colectores y unas bombas de calor, que permitirán precisamente ese intercambio de temperatura. Las gradas tendrán un circuito de agua que gracias a la geotermia se programará para 40 ºC en invierno y 18 ºC en verano. Esta línea de mobiliario deportivo climatizado también se puede conseguir con energía solar o con otras fuentes convencionales.

Calentitos en el metro

Obtener calor y frío del subsuelo, según sea invierno o verano, para climatizar los andenes del metro ya es realidad. Al menos en la estación madrileña de Pacífico, donde en el mes de octubre del pasado año instalaron una estación geotérmica dotada con 120 kilovatios (kW) de potencia. Gracias a ella, Metro de Madrid ahorrará al año un 75 por ciento de la energía que sería necesaria para  climatizar los andenes de la línea 1, los cuartos técnicos y los tres locales comerciales de Pacífico. Además, esta energía renovable reduce en un 50 por ciento las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Y al no requerir ventiladores, se elimina el ruido al exterior que antes se generaba. Con esta medida, promovida por la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, la estación de Pacífico se convertía en la primera del metro de la región y del país en utilizar la geotermia. Para su funcionamiento, este sistema geotérmico está dotado de un intercambiador de calor, formado por un bucle cerrado con 32 tubos, y unas bombas de calor, que en invierno absorben el calor del subsuelo y lo transmiten a la superficie (en este caso, del metro). En verano, es a la inversa. A través del intercambiador de calor se van los grados de más, permitiendo así las refrigeración de las instalaciones de la estación. Para esta iniciativa, se han invertido 700.000 euros.

Vía: larazón

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