11 Claves para ahorrar en una reforma

La reforma de una vivienda supone siempre una inversión en tiempo y dinero. Planificarla bien y seguir estos 11 consejos, te permitirán controlar el tiempo de ejecución y el gasto para evitar sorpresas desagradables y un óptimo resultado.

1. Analiza el alcance de la reforma.

Piensa bien en las necesidades que impulsan la reforma y sopesa la posibilidad de acometer al mismo tiempo pequeñas mejoras o intervenciones, que quizá quieras hacer más adelante. Muchas veces, una pequeña reforma es más costosa, proporcionalmente, que una mayor.

2. Infórmate sobre las subvenciones para la rehabilitación de la vivienda.
Pregunta en tu Ayuntamiento acerca de las ayudas vigentes a las que puedes optar. Se dan sobre todo en el caso de que se mejore la eficacia energética de la vivienda (por ejemplo, cambiar las ventanas o colocar aislantes), o si se trata de rehabilitar una vivienda antigua o en estado precario.

3. Contrata a un profesional.
Prácticamente en cualquier tipo de reforma, la inclusión en el proyecto de un arquitecto o interiorista te ahorrará dinero en forma de control de plazos y dirección de obra, garantizando por ejemplo la ausencia de tiempos muertos entre la actuación de los diferentes gremios y la perfecta correlación entre proyecto y ejecución. Estos profesionales pueden dirigir sus propios equipos o asumir la dirección de una empresa de reformas integral, y te ayudarán también a optimizar el espacio y a adaptar tu vivienda a la medida de tus necesidades.

En el caso de que haya cambios estructurales, la firma de un arquitecto es, además, obligatoria.

4. Solicita varios presupuestos.
Antes de decidirte por uno, pide varios presupuestos a diferentes profesionales y asegúrate de que en todos te presentan las mismas partidas, con detalle de los precios unitarios de cada una de ellas.

Exige también que figure una fecha de finalización de las obras y una cláusula de penalización en caso de incumplimiento.

5. Elige bien el momento.
Normalmente es más económico acometer las reformas durante el invierno, ya que hay menos demanda. Sin embargo, hay reformas que tienen sus momentos óptimos para ser realizadas como por ejemplo, la instalación de calefacción, que se ha de realizar en verano o la de aire acondicionado, que lógicamente será más rápida y económica en invierno.

6. Piensa en verde.
Aunque no te supondrá un ahorro ahora, aprovechar la reforma para optimizar el gasto de energía en tu hogar, te ahorrará mucho dinero en el futuro. Aislar suelos o paredes, cambiar las ventanas, sustituir los electrodomésticos viejos por unos con mejor calificación energética o mejorar el rendimiento de la iluminación te ayudarán a ello.

7. No ahorres en las instalaciones.
Aunque pueda parecer una contradicción, es preferible gastar lo que sea necesario en esta parte de la obra, que probablemente no volveremos a tocar, que encontrarnos dentro de 10 años con que, por ejemplo, tenemos que volver a levantar el suelo porque la calefacción tiene fugas.

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