Un loft no es más que un antiguo espacio industrial o comercial reconvertido en una vivienda y, en muchas ocasiones, también en lugar de trabajo. Por ello se caracterizan por ser espacios amplios y diáfanos, aunque en la actualidad el significado de loft se ha degradado y se utiliza este término para estudios pequeños sin separación de espacios.
Aunque la moda de vivir en un loft empezó a finales de los años ochenta en Nueva York, en España esta moda también entró con fuerza, especialmente en algunos barrios de Madrid y Barcelona como Fuencarral o Poble Nou, donde suelen ser utilizados por artistas que lo utilizan como vivienda y a la vez como lugar de trabajo.
Una de las características definitorias de los lofts son los techos altos, esta ventaja permite en muchas ocasiones la construcción de un altillo, de esta manera ayuda a independizar la zona de noche sin tener que recurrir a otros compartimentos.
La ausencia de paredes o tabiques obliga a una organización del espacio mediante la distribución del mobiliario, lo que permite utilizar una estancia para diferentes usos.
La estética industrial es también una de las características típicas del loft gracias a la utilización de elementos metálicos como pilares o cerchas originales, escaleras o carpinterías; el hierro o el acero son imprescindibles, igual que las instalaciones vistas que se convierten en un elemento más de la decoración.