La fealdad

QUÉ BESTIALIDAD

Hemos vuelto, queridos lectores y lectoras; pero hemos vuelto esta vez con furia, con enojo y con más bilis que antes. Bilis que es generada una vez más por las BRUTALIDADES ARQUITECTÓNICAS que se cometen en nuestra querida ciudad porteña, muy a pesar de los sacrificios que hace Guayaquil por mantenerse guapa, a pesar de lo que hacemos los arquitectos, los publicistas y los burócratas.

Por nuestra parte, nunca hemos dudado en señalar al edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería como el Edificio MÁS FEO de Guayaquil. Se trata de un «Frankenstein» de hormigón armado y vidrio. Frankenstein en todo su concepto. Al igual que la mostruosa criatura que engendrara el obsesivo Doctor, este edificio parace haber sido hecho con pedazos de otros muertos. Muertos que deben haber sido «bonitos» (ustedes saben cuánto odio esa palabra), cuando estaban vivos y dentro de su contexto. Peor acá, los pórticos «a lo Niemeyer» no tienen nada que ver con una torre amorfa, entre lo cilíndrico y lo triangular, entre el homrigón supuestamente brutalista, pero pintado redundantemente de hormigón y el vidrio roto y abandonado de su indescriptible fachada. A todo esto, súmenle ese extraño «sombrero chino» que tiene al lado opuesto a la torre. Es un monstruo. Un reflejo de la ingenuidad con la que la tecnocracia súbdita de las dictaduras setenteras generó el plan del Eje Urbano «Quito-Machala»; donde según ellos, emergería una ciudad llena de rascacielos. Nueva York en el trópico, …ahí tienen el resultado.

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Ficha técnica de las viviendas

Tenemos por una parte un iPOD de 38,50 euros y por otra una vivienda de 385.000 euros.

El precio es 10.000 veces superior en un producto que en otro, pero cuando nos informamos de las características de ambos, la información suministrada por el aparato de 4 cm supera con creces a la de la  vivienda de 100 m2.

Si comparamos la ficha de los dos, comprobamos que las características técnicas del iPOD vienen bien detalladas, y las de la vivienda apenas nos dan una visión genérica de lo que podemos encontarnos.

Es cierto que la ficha de ese iPOD vale para otros modelos iguales, pero el importe que supone la compra de la vivienda, junto con su plusvalía o comisión por intermediación, bien merece un esfuerzo por parte del vendedor o agente.

En el caso de obra nueva, se suele anunciar un edificio o una urbanización, cuyas viviendas tienen características comunes, por lo que podríamos equipararlo con la presentación de un producto genérico (reproductores mp3) pero la información ofrecida, incluso la común, suele ser bastante limitada.

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