En un momento en el que se habla más de la solvencia de los bancos que de la deuda de los españoles, el euribor ha retomado su senda alcista por la falta de liquidez en el sistema interbancario. El índice cerró septiembre en máximos históricos en el 5,384 mensual, aunque no ha tardado a superar esta cota y ya camina en el 5,56%. Eso sin reflejar todavía la decisión del Banco Central Europeo (BCE) respecto a los tipos de interés. La entidad que preside Jean-Claude Trichet ha mantenido el precio del dinero en el 4,25% aunque esta vez sí ha abierto la puerta a una posible bajada en su próxima reunión de noviembre. De hacerlo, podría suavizar la previsible subida del euribor hasta finales de año.
Independientemente de la decisión del BCE, la tendencia del índice sigue siendo alcista por las tensiones del mercado financiero y la falta de dinero en los bancos. El efecto de este cambio en los bolsillos de los hipotecados no se ha hecho esperar: tendrán que apretarse todavía más el cinturón. Una hipoteca media de 140.000 euros se encarecerá en cerca de 700 euros anuales o 58 euros al mes. Aunque en un principio no se trata de una cantidad desorbitante, sí puede ser ‘la gota que colma el vaso’ y lleve a superar la capacidad de pagos de muchos hogares.
Por fortuna, y aunque no siempre es la opción más recomendable desde un punto de vista estrictamente financiero, siempre existe la posibilidad de buscar algún cambio que nos permita abaratar los pagos mensuales de la hipoteca. Eso sí, hay que tener claro que en la mayoría de los casos será a costa de terminar pagando más en el cómputo global, es decir, teniendo en cuenta el total de la deuda.
En cualquier caso, enumeradas de mejor a peor estas son las opciones básicas para abaratar los pagos mensuales de la hipoteca:
1- Renegociar con el banco: acudir a la oficina del banco debe ser siempre el primer paso antes de tomar cualquier medida. Aunque no es el mejor momento, siempre es posible obtener alguna mejora en las condiciones exponiendo la situación financiera y la posibilidad de caer en el impago de la hipoteca. Pero es importante hacerlo cuando todavía se es solvente y no se ha faltado a ningún pago. Negociar desde la morosidad implica hacerlo desde una posición de clara desventaja. Además, hay que tener en cuenta posibles comisiones incluidas en la hipoteca (generalmente en torno al 1%-1,5% dependiendo de la antigüedad) por cambiar las condiciones del préstamo.
2- Subrogar la hipoteca: en caso de que la entidad no atienda a nuestras peticiones siempre se puede sondear el mercado en busca de otros bancos dispuestos a hacerse cargo de la hipoteca en mejores condiciones. Si se encuentra una oferta mejor habrá que subrogar la hipoteca, es decir, cambiarla de una entidad a otra. Conviene tener en cuenta que esto acarrea una serie de gastos como las comisiones de cancelación de la primera hipoteca, que pueden ascender a un 1,5%. Sin embargo, también es posible que nuestra entidad decida ejercer su derecho a enervar. Es decir, igualar las condiciones del otro banco para retener al cliente. Eso sí, el usuario se beneficiará igualmente de una hipoteca más benévola.
3- Eliminar el seguro: se ha convertido en una práctica habitual por parte de los bancos añadir productos adicionales a la hipoteca para rebajar el diferencial con el euribor. El más común es un seguro de vida ligado al préstamos. Es ahorrarse hasta 30.000 euros eliminando el seguro o cambiándolo por otro en una entidad distinta. Los clientes están en su derecho de hacerlo, aunque pueden surgir problemas si son de prima única.
4- Ampliar el plazo de la hipoteca: una de las primeras medidas del Gobierno para hacer frente a la crisis fue permitir que las familias puedan alargar los plazos de la hipoteca sin coste durante los dos próximos años. Esto no implica que no haya que afrontar ningún gasto, ya que los costes de notaría, registro y las comisiones pueden ascender a 600 euros. Quienes decidan hacer personalmente las gestiones podrán ahorrarse hasta 250 euros. Y es que la ayuda del Ejecutivo sólo elimina los gastos fiscales. En cualquier caso la pregunta que hay que hacerse es ¿resulta rentable alargar la hipoteca? Depende la situación de cada familia y sus necesidades, aunque la respuesta desde un punto de vista estrictamente financiero está clara: no. En realidad lo que hace es ampliar la duración del préstamo, lo que reduce las cuotas mensuales, pero también repercute directamente en la cantidad de intereses que el cliente termina pagando en concepto de intereses.
A excepción de la primera, siempre y cuando en la negociación se eliminen las comisiones de modificación, no existe una fórmula financieramente rentable para pagar menos todos los meses, así que lo mejor es tratar de recortar otros gastos o hacer una mejor gestión de la deuda, empezando por planificar cómo reducirla, aunque eso es otra historia.
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