El concepto de la sostenibilidad cada vez tiene una mayor difusión en nuestra sociedad, y como no podía ser de otra manera la arquitectura también se ve envuelta en esta tendencia.
Desde los orígenes de la humanidad, la construcción ha sido una de las actividades fundamentales de los hombres, en tanto que proporcionaba refugio de las inclemencias meteorologícas, y una ordenación del territorio para el desarrollo de las sociedades agrarias. En estas sociedades, la cultura popular ha sido capaz en muchos casos de provocar transformaciones del medio que hoy nos pasan desapercibidas puesto que no han inducido al deterioro o declive de este.
Sin embargo fundamentalmente con la llegada de la revolución industrial, y la masificación de la población, las sociedades avanzadas nos hemos convertido en depredadoras del medio que nos rodea, lo que nos ha llevado a la necesidad de establecer regulaciones y conceptos para definir estas agresiones y la forma de frenarlas. De ahí surge la sostenibilidad, el análisis del ciclo de vida, los estudios de impacto ambiental, los estudios de integración paisajística,… conceptos y procedimientos que obligan a que, lo que antes se hacia de modo natural, ahora requiera de expertos para su análisis y definición de las medidas a tomar.