Para continuar con la semana os traemos un toque de humor presentándoos algunos fails de arquitectura en esta primera entrega… es cierto algunos no son verdaderamente fails pero no por ello dejan de ser graciosos.
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Flamantes graduados del MIT han desarrollado un tipo de teja orientada a la próxima generación de hogares, que se adecua a las condiciones climatológicas imperantes según el estado del tiempo. Los nuevos componentes de los techados cambiarán de color de acuerdo a la temperatura exterior. En temporadas de frío permanecerán de color negro para absorber energía calórica y en verano se tornarán blancos para reflejar las radiaciones solares y permitir ambientes más frescos y agradables. Con esta alternativa constructiva se espera dar un nuevo paso hacia una optimización energética para así tener un menor costo en tarifas de servicios.
Cualquiera que haya pisado alguna vez una superficie de color negro durante el verano, en un mediodía abrasador, conoce la propiedad de este color de absorber la energía luminosa del sol y acumularla en forma de calor. Para el invierno, esto es una ventaja importante en los tejados ya que, al transferir calor al interior de la vivienda, aprovechando los días soleados, reduce los costos de calefacción en forma notable. Pero, en verano, esto se transforma en una deficiencia arquitectónica que obliga al aire acondicionado a trabajar más de lo normal para mantener un hábitat agradable. Esto representa un gasto económico extra que no sería necesario si el tejado fuese de color blanco. Pero, por lógico análisis, en invierno ese gasto existiría para mantener el hogar con buena calefacción.
Esta encrucijada se resolvería entonces si tuviésemos un techo oscuro en invierno y otro claro en verano para compensar la relación temperatura-ambiente versus los consumos y para mantener temperaturas agradables en el hogar. Esto es precisamente lo que ha desarrollado un grupo de graduados del MIT: tejas que cambian de color según la temperatura. Las tejas se vuelven blancas cuando hace calor, lo que les permite reflejar mejor el calor provocado por la radiación del sol y, cuando hace frío, se vuelven negras absorbiendo el calor, justo cuando es necesario. El equipo de mediciones de laboratorio muestra que en estado blanco las novedosas tejas reflejan un 80% de la luz solar que cae sobre ellas, mientras que cuando se tornan de color negro reflejan sólo el 30%. Esto significa que en estado blanco se podría ahorrar una cifra superior al 20% de los actuales costos de enfriamiento, de acuerdo con estudios recientes. La tasa de ahorro para el estado oscuro de las tejas durante el invierno aún no se ha cuantificado.