El presidente de la comunidad de propietarios

La presidencia de la Junta en una comunidad de propietarios acostumbra a ser un cargo de suerte controvertida, del que muchos huyen como si se tratase de una plaga, y que otros persiguen con tenacidad como si fuera un sillón de ministro, de consejero o de concejal. En efecto, muchos propietarios en las comunidades, cuando se les acerca el turno rotatorio que les obliga a ejercer como presidente de la Junta durante un tiempo determinado, tratan de idear mil argucias y pretextos que puedan ayudarles a librarse de una carga que les parece poco apetecible. No obstante, no debemos olvidar que el nombramiento de presidente es de carácter obligatorio y, en la mayor parte de los casos, no es tan fácil librarse de él.

El presidente de la Junta en la Comunidad de Propietarios es nombrado entre los distintos titulares de las viviendas a través de elección o mediante turno o rotación, según pueda disponerse en los estatutos o en el título constitutivo de la propia comunidad. Cuando ha de hacerse por elección y no hay candidato alguno, lo normal será acudir al mencionado turno rotatorio. En caso claramente justificado o de fuerza mayor, si el propietario no desea ser obligado por sus convecinos a asumir la presidencia de la comunidad, podrá pedir ante el Juzgado de Primera Instancia dentro del mes inmediatamente siguiente a su acceso al puesto, ser eximido de tal obligación argumentando a tal fin las razones que le asistan. En este último supuesto, el juez, mediante de un sencillo procedimiento designará a otro propietario que deberá sustituir, en su caso, al Presidente que renuncia al cargo hasta que se proceda a un nuevo nombramiento. De la misma forma, habrá que acudir al juez cuando las cosas se pongan difíciles y resulte totalmente imposible designar a un nuevo presidente de la comunidad.  Por suerte, no es obligatorio nombrar vicepresidentes y esto puede suponer no añadir más problemas en situaciones como las descritas con anterioridad. En el caso de que se considere necesario tener vicepresidente/s en la Junta de comunidad, su nombramiento se realizará de la misma manera que se hace para designar presidente.

El presidente tiene la obligación de representar a la comunidad de propietarios en aquellos casos en que sea preciso, es decir, ante empresas proveedoras (electricidad, agua, limpieza, mantenimiento de ascensores, etc.) y ante instancias de la Administración Pública, como pueden ser el ayuntamiento o la comunidad autónoma en determinados casos. Además, es frecuente que tengan que dedicar parte de su tiempo libre a escuchar a los vecinos, hacer gestiones ante terceros para el buen funcionamiento de los servicios comunes, etc. Lo más curioso del caso, como antes mencionábamos, es que mientras la mayor parte de los propietarios suelen tratar de eludir el cargo o recibirlo de mala gana, también hay otras personas que ven con agrado asumir las cotas de protagonismo que reporta la presidencia, aunque estas puedan ser irrelevantes o ridículas para la mayoría. Como hace años dijera Juan Belmonte, “hay gente para todo”.

Vía: enormo

Revalorización y depreciación de las viviendas

Voy a empezar poniendo un ejemplo sencillo: si yo me compro un coche, resulta que al cabo de 5 años (por ejemplo) mi coche vale menos. ¿Por qué? Porque las piezas están más desgastadas, hay más probabilidad de que el coche se estropee, tengo que hacerle más revisiones, etc. Además de eso, hay que sumarle que hay nuevos coches en el mercado más modernos, más bonitos, más rápidos, que se estropean menos y que también consumen menos, y el mio ya no mola tanto como antes. Por lo tanto (exceptuando algunos casos como por ejemplo los coches históricos) un vehículo es un bien que se deprecia en el tiempo, luego una mala inversión. Lo mismo sucede si me compro unos vaqueros, una televisión, unos esquíes o una lancha motora, que se deprecian al cabo del tiempo, lo venderé más barato de lo que a mí me ha costado.

¿Qué sucede cuando me compro una casa? Resulta que los materiales con los que está construida también se desgastan a lo largo de los años, el tejado, las paredes, puertas y ventanas se van depreciando con el tiempo, y es más probable que surjan averías. Además, van apareciendo nuevas casas en el mercado más bonitas, con mejores materiales, con piscina y pista de paddle, etc, que hacen que mi construcción valga menos con el tiempo. Sin embargo, cuando me compro una casa, estoy comprando dos cosas:

La construcción que se deprecia con el tiempo, y un pequeño espacio sobre la superficie del planeta Tierra, o lo que es lo mismo, un papel que me da derecho legalmente a decir que ese espacio del planeta es mio, y que nadie más puede entrar en él sin mi permiso (derecho de propiedad).

Si la construcción se deprecia al cabo del tiempo, entonces, las causas de la revalorización de los inmuebles hay que buscarlas solamente en ése papel que me da derecho a disfrutar de mi propiedad.

Resulta que ése papel tiene validez legal frente al resto de los ciudadanos, y en él está escrito que yo tengo en mi propiedad una superficie de X metros cuadrados en un lugar determinado de la geografía. Yo puedo vender ése papel al precio que a mí me de la gana, pero los metros van a seguir siendo X a lo largo del tiempo. Si los metros son los mismos a lo largo del tiempo, y la construcción se va depreciando, ¿por qué puedo vender el papel que dice que ese espacio es mío, a un precio más caro de lo que lo compré?.

Vamos a ir analizándolo con otro ejemplo:Juan vive en la ciudad A y Luis vive en la ciudad B. Ambas ciudades tienen una superficie de 1.000.000 de metros cuadrados y el mismo número de habitantes. Tanto Juan como Luis compraron hace cinco años un papel que dice que tienen en su propiedad 100 m2 en su ciudad, es decir, cada uno tiene 100/1.000.000 = 0,0001 % de su correspondiente ciudad.

Más info.

Redimat S.A. presenta Desert Cream, un producto de lujo

Redimat S.A. empresa dedicada a la distribución, venta y promoción de piedra natural y comercializadora exclusiva de Silestone® en Argentina, presenta Desert Cream, un mármol de origen árabe.

Esta piedra original de color beige pleno, ideal para aplicar en revestimientos de pisos y paredes, baños y grandes superficies, fue elegida para ser protagonista en The Palm Island, el proyecto de 3 islas artificiales en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, que se reinventó como el destino más lujoso en el mundo.

Con una inversión billonaria en urbanismo, los distinguidos lobbies y condominios, utilizaron el mármol Desert Cream para gran parte de sus revestimientos.

Durante este año Redimat seguirá incorporando productos de todo el mundo, con el objetivo de darle respuesta a la constante demanda que recibe por parte de los estudios de arquitectura y clientes, quienes solicitan materiales innovadores y de alta calidad para sus proyectos.

«De esta manera buscamos afianzar nuestro compromiso de seleccionar y comercializar los materiales más nobles y atractivos que se puedan brindar», aseguró Javier De Stefano, Director de la compañía.

Vía: Arquimaster

Minicasa en Tokio, el espacio es importante (o no)

No hay duda alguna sobre el altísimo costo de los terrenos en Tokio, considerando que prácticamente no hay lotes disponibles, las propiedades cada vez aprecian su valor, no es coincidencia que el Palacio Imperial sea considerado como uno de los más costosos del mundo, por encontrarse precisamente en el centro de la capital del Japón.

Las viviendas suelen ser de tamaño reducido, ésta vez encontramos esta casa, que como puede verse ocupa una reducida aérea en una zona urbana, sin embargo sobre ese terreno se ha edificado una vivienda bastante atractiva y que además tiene espacio para un pequeño vehículo.