Dos diseñadores de la agencia japonesa Bakoko han ideado un sistema que recupera permanentemente el calor producido por la descomposición de materias orgánicas (vegetales o animales) y su transformación en compost.
El compostaje es un método comprobado de reciclaje de residuos orgánicos en técnicas de jardinería y agricultuta ecológica, que permite obtener un fertilizante natural, pero también puede mantenernos calientes. El calor es un subproducto de la descomposición microbiana de la materia orgánica, hojas, piel de frutas, flores marchitas, cáscaras de huevo… pudiéndose llegar a temperaturas superiores a 50 º C. La captura de esta energía podría ser un método sostenible de para climatizar pequeños espacios como las casas de té en los jardines japoneses tradicionales…
La «Comploo», una cabaña redonda y totalmente transparente, está inspirada, por su diseño, en las casas de té japonesas, construidas tradicionalmente en parques y jardines. Los diseñadores la han dotado de unas paredes exteriores de forma especial revestidas de un anillo conformando el recubrimiento del recinto. El espacio interior está cubierto con una cúpula transparente de ETFE que permite el paso de la luz natural.
Residuos de jardín, restos de comida u otros materiales compostables se introducen a través de una puerta en la parte superior de cada caja. El aire se distribuye a través de una apertura en la parte superior de cada caja, circulando a través de conductos cerrados que pasan de una ubicación a otra. A medida que el aire circula dentro de las paredes, se calienta por el compost en descomposición. Una chimenea central emite el aire caliente hacia el interior.
Los ocupantes se pueden sentar en un banco circular que rodea la fuente de calor. A pesar de que lo reducido del espacio, la casa de té es un lugar agradable para tomar el té verde caliente y relajarse después de un paseo o el trabajo en el jardín.
Un suministro constante de abono orgánico enriquecido se extrae de una puerta en la parte inferior de cada bandeja. Se fertiliza con ello vegetación del jardín que finalmente se convertirá en combustible para la próxima temporada de frío.
De momento sólo es un proyecto, pero sus inventores esperan construir un prototipo en muy poco tiempo. Quedan por resolver los problemas relativos a la ventilación del compost y los olores… La «Comploo» podrá convertirse entonces en un refugio al fondo de un bosque, en un café en un jardín público e incluso en una sala de exposiciones a la orilla de un río. Y el suministro continuo de residuos orgánicos como combustible necesario para su calefacción estará siempre a mano: llegará de su entorno más cercano.
Vía: construible