Escuelas edificadas a partir de contenedores y cafeterías verdes instaladas en azoteas son algunos de los proyectos de Boutique de Arquitectura, una firma de urbanismo y arquitectura con enfoque en dos tendencias conceptuales: la Sonotectura, que se fundamenta en el uso de la música en los espacios, y la Refaccionaria, que promueve el empleo de elementos mecánicos en las construcciones.
Sus creadores, Luis Farfán y Alejandro Chávez Delgado, son egresados del Tecnológico de Monterrey donde tuvieron la oportunidad de trabajar juntos en varias tareas escolares. Sin embargo, su historia se remonta muchos años atrás a cuando se conocieron tomando clases de música.
Alejandro toca la batería y Luis la guitarra, por lo que en sus obras buscan plasmar sus dos pasiones: la música y la arquitectura. Dentro de sus creaciones más destacadas utilizando esta técnica -la Sonotectura- está la recientemente inaugurada The Contemporary Music School, localizada en la Colonia del Valle, en la Ciudad de México.
Inspirados en el célebre Festival de Woodstock y en las leyendas musicales de las décadas de los 60´s, 70´s y 80’s los arquitectos diseñaron una escuela musical única en su tipo. “La idea era hacer que los estudiantes quisieran quedarse”, señala Alejandro.
Los jóvenes emprendedores fueron invitados a participar en este proyecto cuando los inversionistas ya contaban con un local para construir la escuela. No obstante, basándose en estudios de mercado, los arquitectos aconsejaron que se cambiara de lugar a la Plaza del Valle para asegurar más la inversión. “El éxito de un espacio va más allá de hacer algo creativo e innovador, lo más importante es a quién va dirigido”, afirma Luis.
Consciencia verde
Además de la originalidad, Boutique de Arquitectura sobresale por su apuesta en el urbanismo sustentable, concepto que surge de la mezcla entre consciencia ambiental y el aprovechamiento de los espacios en las ciudades, los cuales suelen ser muy reducidos.
Los empresarios recuerdan a la perfección su primera obra. El reto era instalar una cafetería en la azotea de una preparatoria del Distrito Federal puesto que era el único sitio disponible en el edificio. Utilizando piezas recicladas, cubiertas orgánicas y un sistema de captación pluvial, los arquitectos dieron vida a un espacio singular y resistente “tomando en cuenta que a los chavos les gusta pintar las bancas”, comenta Luis.
Y es que antes de iniciar un proyecto de esta índole, además de preocuparse en que éste sea completamente diferente a lo que ya existe, los arquitectos realizan un exhaustivo estudio de las condiciones del lugar, de las personas que lo van a ocupar y de los materiales que van a utilizar.
Cuando se aventuraron en la creación de la Secundaria Valladolid, ubicada al oriente de la Ciudad de México, decidieron hacerla a partir de contenedores y residuos de barcos. Para ello, los emprendedores acudieron a varias marinas y analizaron los componentes de los contenedores para determinar si contaban con las características adecuadas para erigir una escuela.
Aunque esta clase de estructuras son una moda arquitectónica en diversas partes del mundo, en México los ejemplos aún son pocos. En el país destaca el conjunto Container City, ubicado en la ciudad de Cholula, Puebla, en donde comercios y restaurantes utilizan los depósitos como locales. Pero el aprovechamiento de esta idea para fines educativos es uno de los aportes de Boutique de Arquitectura y ha tenido buena recepción del público. “Nunca imitamos, siempre intentamos poner en alto el nombre de México”, dice Luis.
Éxito compartido
La principal razón por la que Boutique de Arquitectura ha conseguido tantos clientes en menos de tres años de operación -y a pesar de la corta edad de sus creadores (ambos están por cumplir los 28 años)- es la sinergia entre los socios.
Además de compartir el gusto por la música y la visión ecológica, los emprendedores han sabido desarrollar una dinámica laboral muy funcional. Los dos son responsables del diseño y, dependiendo de la carga de trabajo, uno toma el liderazgo. En cuanto a las demás tareas, “los dos podemos hacer lo mismo. Confiamos plenamente el uno en el otro”, sostiene Luis. Esto les ha permitido que estudien la maestría al tiempo que dirigen el negocio y que, incluso, de vez en cuando se tomen unas vacaciones.
El primer éxito que tuvieron en conjunto fue cuando resultaron ganadores del Concurso Internacional AG360, en 2010. Este reconocimiento los impulsó a independizarse y abrir su propio despacho en Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. A partir de entonces, los egresados del Tec han formado parte de múltiples proyectos, empresariales y residenciales, y tienen varios más en puerta varios como la gigante Torre MNG Chapultepec.
Entre las metas de los empresarios está tener presencia internacional para “demostrar que México está a la altura de la arquitectura mundial”, como lo afirma Luis, objetivo que están prontos a alcanzar debido a que ya han sostenido encuentros con clientes de otros países, especialmente de Estados Unidos.
Pero los talentosos arquitectos nunca dejan de soñar y de generar nuevas ideas. De hecho, tienen en mente diseñar el edificio más alto de la capital mexicana. “Cuando te dicen que algo es imposible, ésa es la mejor idea porque significa que nadie lo ha hecho antes”, concluye Luis.
Vía: soyentrepeneur.com