Inspecciones en las VPO para captar el fraude
Los días de especulación con las viviendas de protección oficial están llegando a su final.
Varias comunidades autónomas se están poniendo firmes ante un fenómeno bien conocido en los corrillos populares y hasta la fecha impune y libre de sanciones por parte de la administración.
Los ayuntamientos de Barcelona, Madrid o Bilbao entre muchos otros, se encuentran en plena fase de ampliación de cuerpos inspectores para seguir persiguiendo las infracciones cometidas por los adjudicatarios de las viviendas.
Así, se va a investigar desde el subarriendo de las viviendas o la venta ilegal de éstas, hasta el abandono de los inmuebles.
Paradójicamente y tal vez contrario a lo que pueda pensarse, la conducta más repetida por los infractores y de lejos, es la de tener vacía la vivienda, que es lo que ocurre en el 63% de los casos sancionados por los consistorios españoles.
Los siguientes porcentajes son del 25% para los casos en los que el habitante del inmueble no es el adjudicatario, un 5% de casos en que el inmueble se encuentra abandonado por muerte del propietario y otro 5% lo ocupan personas que abren la puerta de los domicilios pero se niegan a dar sus datos personales.
El Ayuntamiento de Madrid creó en 2005 un servicio de inspección tanto para sus viviendas de compra como de alquiler, que ha detectado fraude en el 2% del parque. Gracias a ello se han recuperado 51 viviendas que están en proceso de ser readjudicadas a nuevos ciudadanos.
Por otro lado, las viviendas en alquiler de Bilbao se inspeccionan desde 2004 y durante el 2008 se han resuelto judicialmente 44 contratos por subarriendo o similares.
También el Ayuntamiento de Barcelona tiene sus métodos y realizó durante el pasado ejercicio 948 inspecciones sobre 5.500 viviendas, acabando 79 de ellas expedientadas contenciosamente.
Las visitas suelen hacerse de forma aleatoria, sin previo aviso y se interroga incluso a porteros y vecinos si la situación es claramente sospechosa, como en el caso de persianas bajadas permanentemente, buzones llenos o ausencia de habitantes en la vivienda de manera reiterativa.