Revalorización y depreciación de las viviendas
Voy a empezar poniendo un ejemplo sencillo: si yo me compro un coche, resulta que al cabo de 5 años (por ejemplo) mi coche vale menos. ¿Por qué? Porque las piezas están más desgastadas, hay más probabilidad de que el coche se estropee, tengo que hacerle más revisiones, etc. Además de eso, hay que sumarle que hay nuevos coches en el mercado más modernos, más bonitos, más rápidos, que se estropean menos y que también consumen menos, y el mio ya no mola tanto como antes. Por lo tanto (exceptuando algunos casos como por ejemplo los coches históricos) un vehículo es un bien que se deprecia en el tiempo, luego una mala inversión. Lo mismo sucede si me compro unos vaqueros, una televisión, unos esquíes o una lancha motora, que se deprecian al cabo del tiempo, lo venderé más barato de lo que a mí me ha costado.
¿Qué sucede cuando me compro una casa? Resulta que los materiales con los que está construida también se desgastan a lo largo de los años, el tejado, las paredes, puertas y ventanas se van depreciando con el tiempo, y es más probable que surjan averías. Además, van apareciendo nuevas casas en el mercado más bonitas, con mejores materiales, con piscina y pista de paddle, etc, que hacen que mi construcción valga menos con el tiempo. Sin embargo, cuando me compro una casa, estoy comprando dos cosas:
La construcción que se deprecia con el tiempo, y un pequeño espacio sobre la superficie del planeta Tierra, o lo que es lo mismo, un papel que me da derecho legalmente a decir que ese espacio del planeta es mio, y que nadie más puede entrar en él sin mi permiso (derecho de propiedad).
Si la construcción se deprecia al cabo del tiempo, entonces, las causas de la revalorización de los inmuebles hay que buscarlas solamente en ése papel que me da derecho a disfrutar de mi propiedad.
Resulta que ése papel tiene validez legal frente al resto de los ciudadanos, y en él está escrito que yo tengo en mi propiedad una superficie de X metros cuadrados en un lugar determinado de la geografía. Yo puedo vender ése papel al precio que a mí me de la gana, pero los metros van a seguir siendo X a lo largo del tiempo. Si los metros son los mismos a lo largo del tiempo, y la construcción se va depreciando, ¿por qué puedo vender el papel que dice que ese espacio es mío, a un precio más caro de lo que lo compré?.
Vamos a ir analizándolo con otro ejemplo:Juan vive en la ciudad A y Luis vive en la ciudad B. Ambas ciudades tienen una superficie de 1.000.000 de metros cuadrados y el mismo número de habitantes. Tanto Juan como Luis compraron hace cinco años un papel que dice que tienen en su propiedad 100 m2 en su ciudad, es decir, cada uno tiene 100/1.000.000 = 0,0001 % de su correspondiente ciudad.
Caso 1. En la ciudad A, por el hecho de estar situada más al norte y hacer más frío, resulta que los habitantes son más trabajadores, y por lo tanto en los últimos cinco años han ganado más dinero que los habitantes de la ciudad B. Si Juan y Luis quisieran vender el papel que dice que tienen en su propiedad 100 m2, Juan podría venderlo a un precio más caro que Luis, puesto que, aún siendo ambas ciudades iguales en superficie y en número de habitantes, la gente que podría estar interesada en su propiedad tiene más dinero. Por lo tanto ya tenemos una primera variable para determinar el precio de mi papel: el poder adquisitivo de la gente que se encuentra alrededor de mi espacio. A mayor poder adquisitivo, más valdrá mi propiedad.
Caso 2. Suponemos ahora que el poder adquisitivo de las dos ciudades es el mismo. La ciudad B resulta que ha recibido en los últimos años muchos extranjeros que han comenzado a trabajar dentro de la ciudad, y por lo tanto necesitan un espacio para vivir y también para poner sus comercios, mientras que la ciudad A ha mantenido el mismo número de población que hace cinco años. El espacio de ambas ciudades sigue siendo el mismo, y el poder adquisitivo también, sin embargo, Luis ahora tiene más potenciales compradores que Juan, porque hay mayor número de personas dentro de su ciudad que podrán comprarle su propiedad. Al haber mayor demanda Juan incrementará su precio. Por lo tanto tenemos la segunda variable: el número de personas que hay a mi alrededor. A mayor volumen de personas, mayor será el precio al que puedo vender mi papel.
Caso 3. Suponemos el mismo poder adquisitivo y el mismo número de personas. En la ciudad A, resulta que han decidido ampliar la superficie del espacio urbano debido a que se prevé un incremento de la población en los próximos años. Por lo tanto han construido nuevas viviendas y ahora, la superficie de la ciudad A es de 1.200.000 m2. Resulta que Juan ahora tiene sólo un porcentaje de 100/1.200.000= 0,00008% de la ciudad A mientras que Luis sigue teniendo un 0,0001%. Aun siendo ambas propiedades de la misma superficie, Luis tiene mayor porcentaje de su ciudad que Juan. Al incrementarse la superficie de la ciudad, se incrementa el número de propiedades que se pueden vender, y por lo tanto Juan lo tendría más difícil para vender que Luis. Por lo tanto, la tercera variable es negativa: a mayor número de propiedades, menor es el valor de la mía.
[ad#300×250-derecha]
Por lo tanto, las razones que habría que mirar para ver si mi propiedad se revaloriza son: el incremento del poder adquisitivo de la gente de alrededor, el número de habitantes que hay, y el tamaño de la superficie urbana como variable negativa, que se traduce en el volumen de oferta. Todo ello debería de compensar la depreciación que sufre la construcción.
Conclusiones personales: Los coches sirven para desplazarse, los vaqueros para vestirse, los esquíes para tirarte por la nieve, y las viviendas sirven para vivir en ellas, para no mojarte cuando llueve, para tirarte en el sofá del salón bebiendo una cerveza mientras ves el fútbol, para ducharte sin que nadie te vea… pero no para ganar dinero. El hecho de que tu vivienda se revalorize o deprecie se debe a una serie de circunstancias externas, que son completamente ajenas a uno mismo, y que no se pueden controlar.
Y mi consejo para mis amigos sigue siendo tan simple como obvio: si la vivienda es para estar una larga temporada de tu vida, entonces cómprala, si vas a estar sólo un periodo de tiempo, entonces cómprala por un tiempo (alquilala).